
Detrás de cada postre hay un mundo de oportunidades: mezclas singulares,sabores que reconfortan, fragancias que recuerdan momentos y matices que provocan sentimientos. Fue exactamente esa conexión sensorial tan cercana e intensa la que despertó en ella la pasión por el arte de la repostería.
Procedente de Casimiro Castillo, Jalisco, encontró su vocación a los 14 años, cuando inició su capacitación en talleres de repostería artesanal. Rápidamente, esa pasión se materializó en Napaloa, su marca personal, con la que comenzó a elaborar barras de postres para ocasiones especiales y pasteles personalizados,prestando atención a cada detalle como si fueran obras singulares.
En 2018, avanzó al iniciar la Licenciatura en Ciencias y Artes Culinarias, finalizando en 2022. A lo largo de su educación, se centró en talleres con el célebre chef Jesús Escalera en La Postrería, en Guadalajara, ampliando su visión con nuevas perspectivas sobre lo dulce.
Su trayectoria profesional la ha llevado a integrarse en diversos restaurantes del puerto, consolidándose como repostera en La Tosca y, en la actualidad, como chef a cargo de Perbacco. Ahí, de la mano del chef Gaetano Fernández, siguen elaborando postres que combinan sensibilidad, técnica y un matiz italiano,llevando a la mesa recuerdos, cultura y sentimiento en cada creación.
Desde el inicio hasta la instalación, su objetivo ha sido invariablemente el mismo: comunicar una emoción. Para ella, cada dulce es un lenguaje, una manera de brindar un abrazo al alma a través de los sentidos. Porque en su cocina, lo dulce no solo se disfruta, también se siente.